Una cosa que me gusta de la bolsa es que es un maravilloso entrenamiento zen.
Cuando piensas que todo va de cara, zasss, golpe en toda la boca, para despertarte y darte cuenta de que el universo es variable, la luna muda más que los calzoncillos y la vida no la conoce ni la madre que la parió.
Es bueno para la vanidad, es buenísimo para la soberbia. Aquí nadie acierta siempre.
Y la mejor prueba son las sesiones de los dos últimos días que han sido (aparentemente) inexplicables. O como mínimo inesperadas para casi todo el mundo. Después del Trumpazo, en lugar de la esperada debacle hubo una bajada que acabó casi en empate.
Hoy amaneció en verde glorioso y acabó en rojo gore, con algunos valores buscando la última caverna del infierno.
Pero aunque ahora cunda el pesimismo, no hay que perder la fe. O como decía aquel personaje : "Al loro que no estamos tan mal".
El IBEX está en un canal alcista. Las bajadas de hoy nos han llevado a la parte baja del canal, pero no lo han perforado y mientras no se rompa el canal el camino más lógico es hacia arriba.
Despejada la incognita de las elecciones americanas sin desastre bursátil, las expectativas son buenas de cara a fin de año, y ninguno de los factores de preocupación parece lo suficientemente grave como para justificar que se rompa a la baja esa tendencia.
Desde el punto de vista técnico, los máximos son crecientes, y se observa una clara divergencia al alza en lso indicadores %R Williams y Estocástico. Cada una de las flechas azules corresponde a una subida. A iguales posiciones en estocástico, corresponden máximos cada vez mayores.
Nadie sabe lo que va a ocurrir. Pero mirando los gráficos podemos encontrar lo más probable. Yo creo que puede bajar un poco como mucho, pero nunca por debajo de 8700. Y de ahí lo más probable será una subida.